Reino Unido es un país donde se puede viajar en bici, en moto, en coche, en furgo, en bus, en tren y, sí, mis queridos lectores, en bote. La red de canales en la isla británica es impresionante. Y pasear junto al canal, maravillosamente imprescindible. Y descriptible, como veréis a continuación.
Podemos remontarnos al primer lugar donde paseé junto a él, allá por el verano de 2012, en una ciudad llamada Lancaster, situada al noroeste de Inglaterra. Fue mi primera ciudad de residencia en este lluvioso país. Y como muestra de que llovía, también corría agua por sus canales.
Pasaron los años, y me marché a Yorkshire, donde pude disfrutar de sus preciosos paisajes en el Parque Nacional de Yorkshire-Dales. Allí también había canales, y sus famosos botes recorrían sus parajes.
Pasamos por Leicester, Stafford, volvimos a España, regresamos a Shrewsbury, pero fue con mi llegada a Warwickshire cuando nació mi afición de pasear junto al canal. Y aquí se quedó, para toda la vida.
Al principio no lo tomé muy en cuenta, pero fue con la Pandemia del COVID-19 cuando, al limitarse las horas de salir a la calle, y más aún a viajar por diferentes lugares de la geografía británica, cuando descubrí lo bonito que es pasear al lado del canal.
Y eso que la primera vez que surqué su vereda fue corriendo, allá por julio de 2020. E incluso pensé hacerlo en bici. Pero al final se me quedó la costumbre de pasear arriba y abajo. Especialmente desde que me mudara a un nuevo lugar, más cerca aún del canal.
Recuerdo, ya con lo peor de la Pandemia pasado, salir de trabajar temprano para irme a caminar dirección Hatton, un pueblo pequeño cercano a Warwick, parar en un bar para reponer fuerzas tras una hora de caminata, y vuelta a casa por el mismo lugar (obviamente, por la carretera, aparte de más tedioso, hubiera tardado más).
Las vacaciones de marzo de 2021 las dediqué única y exclusivamente a pasear por el canal. Fueron varias jornadas de paseos interminables, un par de ellos, de hasta más de 30km (37km, si mal no recuerdo, tras los alrededor de 32km dos días antes).
En otra ocasión, me puse a hacer streaming en Twitch. Fueron 5-6 vídeos cortos de pocos minutos cada uno. En el último de ellos, alguien me vio en directo. Pero nunca me enteré de quién fue 😂. El vídeo más visualizado fue de 14 visitas, algo que, para alguien totalmente ajeno al oficio, fue todo un éxito. Que no sirvió para nada? Bueno, ahora mismo lo estoy contando. Así que para esto sí que está sirviendo. Y después del curso de Marca Personal que estoy haciendo, quién sabe si al final le podré dar más juego que una simple anécdota en este blog…🫠
Fundamentalmente, los caminos me los hice yo solo, pero alguna vez me acompañaron amigos y familiares. En general tuvo éxito el paseo junto al canal, pero también habría alguna que otra queja, bien por el terreno, bien por la duración. Digamos que no fue queja con todas sus letras, pero sí desaprobación que, de haberlo sabido, ni yo les hubiera ofrecido tal paseo ni ellos me hubieran aceptado el reto. Desde entonces siempre pregunto antes de asumir que este placer pueda llenar de gozo por igual a todo el mundo.
Ahora estoy recién instalado en Stratford-upon-Avon, lugar donde nació y vivió William Shakespeare. No he leído toda su obra para cerciorarme si habla de este magnífico manjar, pero estoy seguro de que se inspiró para más de una de sus obras mientras paseaba por su lado, igual que una tarde a mí se me ocurriría de qué escribir en mi siguiente entrada de este blog…


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