Hoy hace cinco años, tres meses y un día que aterricé en tierras británicas para una nueva etapa de mi vida. Tras la aventura en tierras hispanas, de poco más de 365 días, volvía a la que había sido mi casa durante cinco años y tres meses atrás. Ya se cumple un día más que en mi primera etapa aquí, por lo que se puede afirmar que Reino Unido es mi nuevo hogar, en el que he encontrado mi lugar para trabajar, y en la que he crecido bastante en lo que a la vida personal se refiere.
Por muy curioso que parezca, también era lunes y día ocho del mes cuando comencé a trabajar en Ellesmere, aquel recóndito lugar donde no trabajé de “Veterinario”, pero que varios de sus objetivos se parecían a lo que había hecho ya anteriormente, y lo que me encargaría de chequear más tarde también, cuando volviera a la empresa que me dio mi primera oportunidad para trabajar, 12 años y medio atrás en este momento en que escribo esta entrada del blog.
Y para más “casualidades” (o “diosualidades”, porque nada ocurre simplemente por casualidad), este finde pasado estuve muy cerca de donde comencé esta segunda etapa en Inglaterra. Fue en Oswestry, primero, y Wrexham, después. Ambas ciudades muy cerca de Ellesmere, especialmente la primera, donde volví a los campos de juego (para ver, no para jugar, dicho sea de paso).

Bonitos recuerdos y efemérides que me traen este ocho de enero de dos mil veinticuatro. Trabajo y Fútbol. Fútbol y Trabajo. Pero sobre todo vida en el Reino Unido de la Gran Bretaña, bonito lugar para vivir y trabajar que ya podría considerar incluso “patria”, o “matria”, si ambas palabras estuvieran en “mi” diccionario. Pero que sin lugar a dudas, es un territorio donde ya he vivido casi un tercio de mi vida, por lo que es de considerar, y valorar, Brexit y noticias negativas hacia estas tierras mediantes.
Que pasen un feliz día, feliz semana, feliz mes, feliz año, y feliz VIDA.

Replica a Francisco Javier Arellano Ferrer Cancelar la respuesta